Blogia
bajolalfombra

Enfoques de la enseñanza

Enfoques de la enseñanza

              

          INTRODUCCIÓN                

             En el siguiente trabajo se presentarán tres formas de configuración del docente, en la que se describirán sus características e intensiones cuya base es de aplicación a un contexto áulico actual.

            En primer lugar describiremos el enfoque ejecutivo, cuya inclinación se determina bajo parámetros que lo comparan con un organizador que transfiere conocimientos procurando el mayor rendimiento y productividad.

            El segundo enfoque, denominado terapeuta se aboca a una instrucción destinada a reforzar la personalidad del alumno y su búsqueda de intereses que lo definan, con la intensión de fortalecer su personalidad y mejorar su desempeño como persona íntegra, solidaria y eficaz.

            La tercera postura se denomina enfoque liberador y prefigura a un docente con la cualidad de despertar el sentido crítico en el alumno bajo parámetros que tienen relación con la integridad moral e intelectual en relación directa con la autonomía del alumno respecto de la resolución de alternativas a los problemas de índole empírico, moral, artístico y cultural. 

 ENFOQUES DE LA ENSEÑANZA              

     ENFOQUE EJECUTIVO 

         Este enfoque, en particular, presenta ciertas características que comparan al docente con un ejecutor o encargado de producir ciertos aprendizajes.

            La postura que el docente ejecutivo es la de un organizador que dará relevancia al conocimiento impartido, que será previamente volcado en la planificación, teniendo en cuenta como guía fundamental la documentación curricular que baja de los organismos superiores.

            Teniendo en cuenta el manejo eficiente del aprendizaje uno de los factores que caracterizan este enfoque es el manejo del tiempo, como se distribuye y emplea para lograr la mayor eficacia comparada con la productividad del alumno para absorber conocimientos.

            Tenemos que distinguir, en particular que bajo el factor tiempo se halla una brecha entre “el tiempo asignado” por el docente o la institución y el “tiempo empleado” por el alumno para asimilar los conocimientos impartidos. La brecha por esto dos aspectos es muy amplia.

            Además, somos concientes que el alumno no dedica una cantidad aceptable de tiempo a incorporar conocimientos, es por ello que el docente ejecutivo le da una relevancia fundamental al mismo, tratando de optimizar al máximo la clase y los contenidos que se darán en ella.

            Bajo esta característica y bajo la consigna de la eficacia el docente plantea primero las indicaciones del tema, luego una retroalimentación evaluativa  en la que se testea si las indicaciones fueron bien asimiladas y por último un refuerzo con el objetivo de afianzar los conocimientos y vincularlos con los nuevos aprendizajes a impartir.

            Bajo este perfil se otorga un valor de relevancia al aprendizaje, produciendo un distanciamiento del docente que se halla fuera del proceso enseñanza-aprendizaje.

            De esta forma la eficacia del docente el fundamental para que el alumno incorpore en mayor medida conocimientos, poniendo en juego la capacidad del profesional a la hora de producir resultados, que serán evaluados en los tests estandarizados de rendimiento escolar.

            Hallamos en el artículo de Chadwick[1] una relación directa de la conformación de la tecnología educativa con el docente que aborda un perfil ejecutivo.

            En él se describe y analiza el enfoque de sistema y como se relaciona con la tecnología educacional.

            El autor propone un conjunto de técnicas sistemáticas de los conocimientos y prácticas adjuntas para diseñar y hacer funcionar las escuelas como sistemas educacionales. Dando por definición de sistema a la combinación ordenada de partes, que aunque trabajen de manera independiente, se relacionan e interactúan y por medio del esfuerzo colectivo y dirigido constituyen un todo racional, funcional y organizado que actúa con el fin de alcanzar una meta de desempeño previamente definida.

            Estos sistemas existen en diversos niveles, dentro del ámbito educacional como sistema identificamos seis partes: estructura, procesos, entradas, productos o egresos, ambiente y realimentación.

            La estructura es el ordenamiento físico o tridimensional a la que se suma la estructura conceptual en la que se estructura el tipo de institución, sus objetivos y como se logran estos.

            Los procesos son los elementos de acción  o la modificación a lo largo del tiempo en los aspectos informativos y enérgicos del sistema.

            Las entradas o elementos son aquellos que ingresan y ayudaran al proceso de transformación que incluyen recursos humanos y no humanos 

            En caso de los sistemas escolares las salidas primarias son las modificaciones en la conducta individual de cada alumno y las salidas secundarias la creación de puestos laborales y la creación de destrezas y aptitudes para los alumnos no especificadas del todo en plan escolar.

            Otro aspecto, es el ambiente que es necesario para que el sistema pueda sobrevivir, interactuar y adaptarse a otras partes del subsistema. Éste es el lugar de donde provienen las entradas y a donde van a ir las salidas.

            El último elemento es la realimentación que es el flujo principal de información interna del sistema que será analizada para una mejor optimización de las entradas para mejorar el desempeño del sistema.

            Bajo esta visión de la escuela como sistema el modelo de enseñanza – aprendizaje de puede describir por una serie de elementos:

  • El maestro como fuente principal de información.
  • La toma de decisión dentro del aula queda en manos del maestro bajo el uso de una preponderante autoridad, en la que suministra las necesidades del alumno a nivel instruccional.
  • Los estudiantes toman un papel de receptores de la información.
  • La enseñanza es llevada a cabo en forma grupal. En forma individual su comportamiento, por lo general, es pasivo, pero en grupo se torna activo.
  • El tiempo fijo para la presentación del discurso del material.
  • La responsabilidad principal del aprendizaje recae en el estudiante. La responsabilidad del maestro está en ser organizado, hacer buenas preguntas, una buena presentación, etc.
  • Los contenidos de la educación se representan mayormente en forma verbal, esto acentúa el rol pasivo del estudiante.
  • El propósito de la evaluación es siempre sumativo, teniendo como finalidad esencial averiguar cuanto han aprendido los alumnos del material ofrecido.
  • Generar una base comparativa entre entidades semejantes, es decir entre estudiantes de distintas instituciones.
 

Bajo estos aspectos Chadwick plantea la caducidad del modelo tradicional de enseñanza y propone un modelo tecnológico en su replazo.

            El modelo tradicional responde a la siguiente lógica: análisis o supuesto de los conocimientos de ingreso, una presentación basada en la información del profesor, el supuesto aprendizaje del alumno y por último la evaluación.

            Ante la necesidad de plantear un nuevo modo de ver a la escuela como sistema se deriva la caducidad del modelo tradicional y se propone un modelo denominado tecnológico que se basa en factores que se detallan a continuación.

            El primer factor es un cambio en la situación de dependencia de un solo medio a una gran variedad que incluyan no solo al educador y las palabras impresas, sino también los medios auditivos, visuales, presentaciones en vivo, etc.

            El papel que desempeñaría el docente en este modelo cambiaría de un rol dominante a un concepto de toma de decisiones compartidas.

            Otro elemento es la presentación del conocimiento, que será flexible basada en la naturaleza del medio a utilizar.

            Aquí el rol del estudiante cambia y se propone como activo y participativo.

            La educación debe estar basada en la combinación de necesidades tanto individuales como grupales.

            El tiempo para el aprendizaje será flexible, para cumplir con las necesidades del alumno desde lo personal a lo grupal.

            Propone, además un cambio en la responsabilidad del aprendizaje. En el modelo tradicional la responsabilidad se le atribuye al alumno, en cambio en el modelo tecnológico recae en aquellos que estén a cargo de la situación educativa, sean diseñadores, facilitadotes, docentes, etc.

            Sostienen la idea de que no hay estudiantes malos, sino malos docentes. Bajo esta situación se darán los medios necesario para que el docente pueda asumir la responsabilidad de lograr una situación funcional con recursos operativos adecuados.

            El factor principal a tener en cuenta es el cambio en la estructura verbal de la enseñanza y proponer alternativas mediante la aplicación de otros medios y formas de participación diversas. Para generar conductas que se basen en nuevos intereses, la resolución de problemas en forma participativas y creativas y el desarrollo de destrezas intelectuales y o cognitivas.

            Bajo estos factores la evaluación no solo tendrá relación con metas y conductas a largo plazo, sino que será organizada para incluir evaluación de actividades grupales cooperativas y su finalidad principal será la formación de los participantes, no su selección.

            Por último debemos destacar que la motivación será compartida entre alumnos y docentes, con el objetivo de lograr una democratización verdadera de la educación.

                         ENFOQUE TERAPEUTA 

         Al igual que el enfoque ejecutivo, el terapeuta se halla destinado a su aplicación en actividades de enseñanza cotidiana, pero su visión a la hora de plantear la transmisión de conocimientos es diametralmente opuesta ya que su perspectiva es la de capacitar al estudiante para que se convierta en un ser humano auténtico, una persona capaz de asumir la responsabilidad por lo que es y por lo que tiende a ser, una persona capaz de tomar decisiones que definan su carácter como él quiera.

            Con la idea de la búsqueda de la significación y la identidad personal, el docente aborda al alumno en forma abierta con el objetivo de averiguar la proyección y el carácter experimental en que el adolescente se halla pero teniendo en cuenta las características particulares de cada uno. Bajo este enfoque el docente toma la responsabilidad de ayudarlo a hacer la elección de adquirir conocimientos de cierto tipo y de apoyarlo para adquirir ese saber para afirmar su personalidad.

            De esta forma la premisa de este enfoque está en establecer una relación entre profesor y alumno, en la que se unen con el fin de que el estudiante adquiera un conocimiento y unas habilidades específicas.

            Bajo este formato de enseñanza el docente guía o asiste al estudiante en la selección del aprendizaje con el objetivo que llegue a ser una persona auténtica y autorrealizada.

            Basándonos en el artículo de Carl Rogerrs y Jerome Freiberg [2] que aborda el desinterés masivo de estudiantes que asisten a colegios públicos y la fragmentación o falta de comunicación entre ellos.

            Bajo este panorama desalentador, tenemos que darnos cuenta que el futuro no es una mejor tecnología, sino en conllevar mejores relaciones que propicien atmósferas fértiles de confianza y afecto, bajo una autoestima positiva.

            La realidad nos muestra el fracaso de la escuela a la hora de preparar estudiantes para acceder al mercado laboral, los elevados gastos de financiación y la disminución de logros académicos que se suman a los altos niveles de patología social forman el escenario educativo. Más que el presupuesto es la contención familiar y cultural la que constituyen la educación y el soporte del joven estudiante.

            Cuando hogares, familia, comunidad y religión no están prestando apoyo necesario se espera que la escuela aumente su cuota de participación y pide a estos otros sectores más dinero en ves de más tiempo.

            Se observan distintos panorama de participación dentro de las instituciones: las contenedoras, refugios, las que se soportan para hacer actividades extra curriculares o simplemente para cometer pequeños actos criminales; lo cierto es que para muchos la escuela no deja de ser aburrida.

            La insatisfacción que se manifiesta en la mayoría de los alumnos responde de alguna manera a un ámbito hostil para encontrar algún tipo de apoyo. Este descontento abarca todos los niveles educativos a la que se le incluyen, lo impersonal de las clases, el disgusto de las calificaciones, la frustración y ansiedad que ellas conllevan.

Teniendo en cuenta el material a ser aprendido de carácter abstruso y carente de significado para el individuo. En tal aprendizaje solo interviene la mente, sin participación de las emociones ni de las significaciones personales.

En contraste existe un aprendizaje sugerente, significativo, experiencial y que busca involucrarse en los conocimientos.

Bajo esta característica los elementos que intervienen en el “aprendizaje significativo” tienen el carácter de implicación personal y de iniciativa propia; además es difuso puesto que hace que cambien las conductas, las actitudes y hasta la personalidad.

Tal aprendizaje es evaluado por el alumno pues éste sabe si responde a su necesidad, por tal motivo él lo evalúa.

            Su esencia es la significación pues es ahí donde se estructura, dentro de la experiencia total.

            En el aprendizaje significativo se combinan lo lógico y lo intuitivo, el intelecto y las sensaciones, el concepto y la experiencia, la idea y el significado. Cuando aprendemos de esta manera somos completos, utilizamos todas nuestras cualidades.

            Bajo estas premisas los grandes cambios en la educación y el aprendizaje no proceden de las actividades en las aulas, sino que evolucionan a través de valores y condiciones que tratan de encontrar la forma de llevar adelante los cambios.

                         ENFOQUE LIBERADOR       

   Dentro de las actividades escolares a la cual esta destinada la visión del enfoque ejecutivo y terapeuta se suma un tercero con la denominación de enfoque liberador. Dicho enfoque pone en primer plano al contenido. Dejando a segundo plano a las habilidades del docente o el estado emocional del alumno.

            El posicionamiento del docente es el de un modelo a seguir por el alumno. Éste debe actuar de forma crítica y evaluar los contenidos desde la investigación y el reconocimiento científico de la comprobación o indagación ante un conocimiento que se presenta como algo a resolver.

            Dentro de este enfoque el docente representa un elemento fundamental, porque determina en gran medida el conocimiento y la aptitud del alumno debe aprender para liberar su mente y no se paralice con datos y habilidades insípidas e irrelevantes.

            Respecto de la manera de enseñar del docente liberador, señalamos el grado de complejidad con que se desarrolla el contenido bajo la agrupación en relación con “virtudes morales e intelectuales”. La primera relacionada con la honestidad, integridad y la disposición imparcial; la virtud intelectual se vincula a la racionalidad, la amplitud de espíritu y la valoración de pruebas. Todo ello bajo un marco reflexivo y de escepticismo prudente.

            Tomando estas premisas los liberadores la hallan dentro del desempeño de la enseñanza, considerándolas como parte del contenido a transmitir.

            Bajo este parámetro el docente liberador se considera a sí mismo un modelo a seguir, para a través del ejemplo liberar la mente del estudiante de los dogmas convencionales y estereotipos.

            Bajo estos conceptos el alumno desarrolla y libera su espíritu si adquiere saberes y comprensiones esenciales, combinados con los rasgos morales e intelectuales del carácter que más se ajusten a esos conocimientos.

            Michael W. Apple, en su artículo: Maestros y textos[3], nos informa sobre el hecho de ser testigos de la importancia que ha adquirido una cierta cantidad de tendencias entre las que se destacan: la de reestructurar el trabajo de los maestros a fin de vincularlos más directamente con los resultados conductuales específicos y dirigirlo según técnicas e ideologías empresariales y en segundo lugar especificar y controlar más de cerca las metas y los materiales curriculares para sintonizarlos con las necesidades industriales, militares e ideológicas de un segmento pequeño, pero relativamente poderoso de Norteamérica.

Bajo esta perspectiva el autor concluye afirmando la idea de que el discurso dominante no solo es cada vez más económico; también reconoce un marco en términos de sexo. Pues la restauración conservadora no solo descansa en una ética basada en las ganancias y las pérdidas del libro de contabilidad, en la “productividad” y en la acumulación. También se apoya en un retorno a etapas superadas de las relaciones de sexo y raza, un retorno a un pasado idealizado en que la gente “sabía cual era su lugar”.

Este panorama se corporiza en cambios en la producción de editoriales con un cambio de posturas destinada al adolescente inserto en un mundo relacional y sexual.

            Por lo tanto estos aspectos tienen incidencia en la transfiguración del discurso político en torno a la educación y de cómo esta representa la toma de posición  de cada integrante de la sociedad, teniendo en cuenta su raza y sexo.

            Estos estudios en particular  revelan la vinculación con las posturas educativas descriptas y se funden sobre la base del contenido a impartir, que halla su base sobre la intensión del material didáctico y la estructura curricular predeterminada por el Estado y los centros de poder económico.

                        CONCLUCIÓN 

         Llegamos al final de este trabajo haciendo un balance en el que presentamos tres posturas distintas en la configuración del docente en relación a un contexto actual en que el desafío se presenta en el desinterés de la masa estudiantil y la falta de respuestas a un verdadero sentido de los intereses del sujeto pedagógico, sus inquietudes y metas.

            En este aspecto y con el fin de solucionar esta apatía generalizada es que descubrimos las facetas del docente ejecutivo con un alto apego a la organización y un desempeño óptimo en el rendimiento estudiantil que se reflejará en los exámenes académicos y su alto grado de calificación.

            Una segunda postura, denominada terapeuta, hace hincapié en el desarrollo de la personalidad y la autoestima del alumno para no solo formar a una persona útil sino además darle el sustrato psicológico que lo conforme como una persona plena, solidaria y autodefinida.

            Por ultimo se menciona el enfoque liberador en la que se combina un aspecto moral e intelectual que se compromete estrechamente con la labor crítica del investigador y su juicio que será avalado por la integridad de los principios de un docente ético y comprometido con la idea de formar un sujeto en equilibrio mental y espiritual.

            Bajo estas tres posturas nos preguntamos cuál será nuestro desempeño o si tendremos que elegir uno y descartar a los otros enfoques. En tal caso la elección que corresponda será asumida con la integridad y la empatía personal que nos define como docente, pero creemos fervientemente en el desempeño y la labor de búsquedas y de alternativas que se manifestarán desde lo  particular de cada situación áulica, en la que desde una postura ética sepamos definirnos y resolver la experiencia integral que se manifiesta en el proceso de la enseñanza-aprendizaje.

                                                       

                         

   

 

             

              



[1] CHADWICK C. B., “El enfoque de sistema y la tecnología educacional”. En: Tecnología educacional para el docente.  Barcelona – Bs. As. – México. Paidós. 1992.

[2] ROGERS Carl y FREIBERG Jerome. Capitulo II. El desafio de la enseñanza en la actualidad. En Libertad y creatividad en la educación. Barcelona- Bs. As.- México, Paidós, 1994.

[3] APPLE Michael. La política de maestros y textos. En Maestros y textos. Una economía política de las relaciones de clase y de sexo en la educación. Barcelona, Paidós, 1989.

0 comentarios